martes, 21 de mayo de 2013

La geografía del desarrollo | Blog Humanum



En la medida en que se siente la ola de contracción de la actividad económica en América Latina, se visibilizan mejor los retos de los próximos años. En el “mejor de los tiempos” se crearon empleos de manera récord en el sector de servicios, para hombres y para el grupo etario de 25 a 49 años de edad. El boom de empleos de baja calidad  se mantuvo gracias a la liquidez del sector financiero, bajas tasas de interés y un auge del consumo de hogares y de gobiernos.
Con auge y todo, quedan cerca de 70 millones de personas bajo la línea de indigencia y centenas de millones sin protección social. Esta trayectoria abre flancos insospechados para el “peor de los tiempos” que nos devuelven a la pregunta de cómo insertarnos al escenario global en temas de crecimiento y reducción de la pobreza.
Primero, el rol latinoamericano en la división internacional de pobreza. Los últimos datos globales procesados por el Institute for Developments Studies de Sussex muestran que, poco a poco, América Latina se va graduando de la pobreza extrema. Quedan 1.289 millones de personas bajo la línea de pobreza extrema en el mundo –570 millones en el Sudeste Asiático, 386 millones en el Sub-Sahara Africano y 332 millones en Asia Oriental. En la región quedan 37 millones de personas bajo la línea de $1.25 al día. Una de las consignas del movimiento que se movilizó por el “fin de la pobreza” global el año 2000 se materializa gradualmente en la región.
El foco de la pobreza extrema se está moviendo de China e India hacia África. De hecho, con el explosivo crecimiento demográfico africano y el alto crecimiento económico asiático, en los próximos 15 años habrá más personas bajo la línea de pobreza extrema en África que en Asia. Segundo, también se mueve el debate sobre los determinantes de mejorías. Para avances en pobreza moderada, los mercados laborales jugaron un rol crítico; para mejorías en salud infantil una combinación de nuevas tecnologías y expansión de servicios de salud; para mejorías en seguridad alimentaria o mortalidad materna, una combinación de mecanismos de protección estatales e incentivos de mercado. Estamos lejos de la literatura que pregonaba una solución única a los problemas de desarrollo.

Millones de personas bajo la línea de pobreza de $1.25/día

Linea de pobreza
Fuente: Procesamiento propio en base a los datos de Andy Sumners, 2012, “Where do the World’s Poor Live?: An Update” IDS Working Paper Volume 2012 No. 393: Sussex: Institute for Development Studies.

Segundo, vale la pena analizar el papel latinoamericano en la división internacional de crecimiento. Aquí también hay una traslación. Durante la crisis, América Latina contribuyó mas allá de su peso económico al crecimiento económico global, primero como proveedor de recursos naturales primarios y segundo como consumidor. Jose Antonio Ocampo anticipa el fin del super-ciclo latinoamericano, alimentado por una insaciable demanda china y acomodaticias condiciones de financiamiento barato. Ya sabemos donde se generan los empleos perdidos por los sectores de manufactura y agricultura en la región: en el sector de servicios. Ante la contracción Europea y la desaceleración china, la región tendrá que mejorar su capacidad de crear empleos de calidad en los sectores de servicios desde adentro y afuera.
Desde adentro, se debe apostar por el enorme potencial de integración regional. América Latina sigue rezagada en función de intercambio de comercio y servicios entre países de la región. El mercado doméstico, por decirlo así, no se compone de numerosas islas económicas de 5 o 10 millones de personas, sino de un gran mercado regional de 590 millones de personas. Desde afuera, y con la anticipada contracción china, el motor de crecimiento no podrá seguir siendo el de proveedor de materias primas baratas. La próxima contracción generará los incentivos para mejorar los aparatos manufactureros y repensar la relación con Asia.
Volviendo a la “geografía del desarrollo” y más allá de los cambios coyunturales, el destino de la región se definirá dentro de América Latina y no fuera de ellaLos cambios globales son un dato que no podemos cambiar. Lo que sí puede cambiar es el patrón de integración regional que dejamos rezagado en la última década y el patrón de inserción internacional que sigue siendo primario exportador. En cierto sentido, la apuesta por un mercado regional latinoamericano tuvo que esperar esta década de boom para materializarse: el auge coyuntural posiciona un mercado de consumo regional que no existía hace 20 años. Es momento de actuar.

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