Por Pedro García
Foto: Will Waters
Todas las personas deben poder usar la tecnología de la información y las comunicaciones de la mejor manera posible para contribuir a crear el futuro que queremos.- Ban Ki-moon
Con el paso de los años, se ha vuelto imprescindible que los gobiernos incorporen tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en organismos y políticas públicas. A estas iniciativas se les conoce como gobiernos electrónicos o e-governments en inglés. Internet, las redes sociales y las tecnologías móviles pueden reposicionar a los ciudadanos como actores centrales en la vida democrática. Un gobierno electrónico podría mejorar la eficiencia de los servicios públicos, el acceso a la información y la participación ciudadana. Sin embargo, su pertinencia es cuestionable en comunidades con altos índices de pobreza, como es el caso de algunos países o regiones de América Latina y el Caribe (ALC).
La falta de gobiernos electrónicos líderes en ALC
El gobierno electrónico más avanzado en el mundo lo tiene la República de Corea, según elíndice de desarrollo del gobierno electrónico 2012 (EGDI), elaborado por las Naciones Unidas. Le siguen los Países Bajos, Reino Unido y Dinamarca. Ningún país de América Latina y el Caribe aparece en la lista antes de la posición 39, ocupada por Chile.
El índice EGDI da cuenta de la predisposición y la capacidad de las administraciones nacionales para utilizar las tecnologías en la prestación de servicios públicos. Entre otros factores, mide la calidad de los servicios en línea del gobierno, así como la infraestructura en telecomunicaciones. Los resultados del EGDI para América Latina y el Caribe varían mucho según el país. Chile, Colombia y Barbados ocupan los tres primeros lugares, en las posiciones 39, 43 y 44 respectivamente (haz click aquí para ver el resto de las posiciones de ALC).
Existen varios obstáculos para la implementación de gobiernos electrónicos, como por ejemplo problemas técnicos, presupuestales y políticos. Sin embargo, una de las mayores dificultades para la región está ligada a la brecha digital, es decir, las desigualdades que existen entre aquellos que tienen acceso a las TIC y aquellos que no. Por ejemplo, en el 2010 en Guatemala solamente el 7% de los hogares registraban tener acceso a internet, mientras que en Uruguay la cifra ascendía a casi 35%. Estas diferencias existen no solamente dentro de América Latina, sino también a niveles locales. Datos del OSILAC muestran que en la mayoría de los países de ALC existe una brecha importante en el acceso de los hogares a internet según sus niveles de ingresos. La brecha digital también existe cuando se consideran variables como el género, la etnia y la ubicación geográfica urbana o rural.
Porcentaje de hogares que tienen acceso a Internet (2010)
Fuente: Elaboración propia con datos de la CEPALSTAT
Buenas prácticas hacia gobiernos electrónicos
Para mayor rentabilidad de los gobiernos electrónicos, se debe ampliar el acceso a internet y otras TIC a la mayor parte de la población. Esta inclusión digital implica mayor inversión en infraestructura, así como soluciones que acerquen a los ciudadanos a las tecnologías. Un ejemplo son los Centros de Capacitación Digital en Porto Alegre, Brasil, donde la prefectura ofrece cursos gratuitos en informática. Según fuentes oficiales, el programa existe desde 2005 y ha formado más de 15 mil personas. Por su parte, el gobierno uruguayo ha logrado prácticamente universalizar el acceso a computadoras en los hogares con niños en edad escolar, proporcionándoles computadores portátiles a través del Plan Ceibal.
Las TIC, especialmente Internet, funcionan para aumentar la transparencia y rendición de cuentas de los gobiernos. Las prácticas de open data (datos abiertos) proponen la publicación en línea de datos y documentos a los cuales sería imposible o demasiado costoso acceder de otra forma. En Chile, la biblioteca del Congreso Nacional propone libre acceso a un catálogo en línea de leyes nacionales y reseñas parlamentarias, entre otras cosas. La iniciativa fue reconocida por OD4D como un proyecto de datos abiertos con impacto en la calidad de políticas públicas en América Latina.
Uno de los aspectos más prometedores de los gobiernos electrónicos es el desarrollo de las tecnologías móviles. Las posibilidades van desde la consulta de información hasta la realización de trámites a través de Internet o mensajes de texto. El portal móvil del gobierno de México, ganadores de un premio a la excelencia en Gobierno Electrónico (excelGOB) en 2008, proporciona información sobre servicios de públicos, eventos culturales y actividades del Presidente o los legisladores. En el año 2012, el ganador del premio fue el portal de información y servicios del gobierno de Trinidad y Tobago.
Finalmente, los gobiernos electrónicos potencializan la participación ciudadana. Por ejemplo a través de concursos para desarrollar aplicaciones de interés social para teléfonos móviles, como fue el caso del desafío carioca Rio Apps 2012. En Uruguay, una organización ciudadana creó la iniciativa ¿Dónde reciclo? que reutiliza datos abiertos disponibles en la intendencia de Montevideo de forma más útil para la comunidad.
Los gobiernos digitales implican replantean los modos de interactuar entre gobernantes y comunidades. Sin embargo, deben ir acompañados de medidas no-digitales, para que los proyectos y servicios no beneficien únicamente a un determinado perfil socioeconómico.
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